Friday 9 January 2015

Charlie y la fábrica de fundamentalistas

-¡Hostia puta! ¡Mari! ¿Has visto lo que ha pasado?

-¿Qué dices, Paco?

-¡Lo que ha pasado, Mari, en París!

-¿Qué dices de París?

-¡En la tele, que se ha liado pardísima en París!

-Mira, Paco, no sé qué coño me dices. Espérate a que termine con las cocretas, le dé la papilla a la nena, le limpie el culo a tu madre y ya me cuentas si eso.

-¡No, Mari, que es muy gore! ¡Unos moros hijos de puta se han cargado a no sé cuantos dibujantes de una revista rollo “El Jueves” en Francia!

-¿Qué dices? ¡Oi, oi, oi! Mira que yo ya lo digo desde hace tiempo, ¿eh, Paco? Que el Hassan, el novio de tu hermana, es muy buena gente, pero estos moros radicales son unos hijos de puta ¡Oi, oi, oi!

-¡Mari! Pero qué a saco, ¿no? ¡Mira, mira! ¡Se ve como le pegan un tiro y todo! ¡Pero qué hijos de puta!

-¡Oi, oi, oi! ¿Y dices que son de una revista?

-Sí, rollo “El Jueves” pero en Francia. Que dicen que ya hacía tiempo que los tenían amenazados. Se han presentado ahí, han buscado a los que más pintan y les han dado pal pelo.

-¡Oi, oi, oi! Si es que yo ya no sé, ¿eh?

-Se ve que habían sacado unas caricaturas del Mahoma ese y los otros se pusieron a parir. Y mira cómo ha terminado todo.

-¡Pero bueno! ¡Si es que ya no se puede decir nada! ¡Oi, oi, oi!

-¡Qué hijos de puta!

Mari y Paco, que son personajes tan comunes como ficticios, lo ven clarísimo: hay unos señores que son unos bárbaros y que siempre que pueden nos pegan un bombazo, el 11S de Nueva York, el 11M de Madrid, el metro de Londres y ahora París. ¡Oi, oi, oi! Tienen a la víctima, nosotros y nuestra libertad de expresión; tienen el móvil, silenciar a una publicación que dice lo que le sale de los mismísimos; y tienen al culpable, el sanguinario “terrorismo islámico”, esa cosa que es como “La Nada” de “La Historia Interminable”, todo el mundo sabe que se lo carga todo pero nadie recuerda de dónde viene.

En nuestra cultura occidental, atacar a un medio de comunicación que no tiene pelos en la lengua, que es la máxima manifestación de la libertad de expresión, es como plantarles un cagarro en lo alto del tótem a una tribu de indios norteamericanos; una afrenta que no nos deja igual. ¿Cómo nos van a decir a nosotros, que somos lo más molón del mundo mundial, que no podemos decir lo que pensamos? ¡Y quién nos lo dice! Unos desalmados que pegan a sus mujeres, que cuelgan a los gays, que lapidan a las adúlteras ¡y que matan en nombre de dios! Ya está liada, la han cagado, esto es la gota que ha colmado el vaso.

Aquellos que cuando abren la boca sube el pan no han tardado en meter baza. Ahí están papá Le Pen y la hija-de-Le-Pen, que muy oportunamente nos vienen con el yo-ya-os-lo-dije y el esto-con-la-pena-de-muerte-se-arregla. Vaya par, se han sacado más piel muerta de las palmas de las manos de tanto frotárselas al pensar en la de votos que sacarán del atentado, que si hubieran amasado cuarenta hogazas con guantes forrados de lija del quince, valientes hijos-de-Le-Pen. Luego está santa Esperanza Aguirre, que aprovecha que ya estamos de rebajas para decirnos desde su blog que el terrorismo Islámico tiene como único objetivo acabar con la forma de vida del occidente desarrollado, que lo hacen pasando a cuchillo a quien se les antoja porque no lo pueden conseguir por las urnas (obvio, en Francia todavía no hay ningún partido Islamista, parece que la Condesa consorte cree que ya estamos en el 2022 de Houellebecq, siempre ha sido una avanzada a su tiempo, cosas de la aristocracia), y que, y cito, "esto demuestra que la causa de los atentados de Atocha no era la guerra de Irak, como muchos dijeron entonces”, fin de la cita. Santa madre de dios, olé su chocho morenote, si no estuviera solo delante del ordenador le hacía la ola.

¡Pero cuidadín! Que si no piensas como ellos eres ETA, perdón, terrorista yiahdista -la costumbre me traiciona-. Pues no, señora Condesa consorte y familia Le Pen, muchos condenamos el atentado, lo abominamos, nos pesa, nos jode y lo lloramos indignados; pero lo cortés no quita lo valiente y queremos ver el bosque, no solo los árboles. Resulta que a algunos nos molesta, y mucho, que nos digan con esa vehemencia que el origen del terrorismo islámico radical es el odio irracional hacia la población occidental, porque no es así. Las razones por las que nace el terrorismo islámico radical son complejísimas y no se pueden simplificar de esa forma. ¿Cómo se puede negar que los atentados de Nueva York, Londres, Madrid y París, no tienen absolutamente nada que ver con lo que ocurre en oriente medio? ¿Insinúan que no es verdad que gran parte de los conflictos que ocurren desde Egipto a Afganistán, pasando por Palestina, Iraq, Irán, Siria, Kuwait y Líbano, no han sido causados o atizados de forma más o menos directa por los intereses de los gobiernos y multinacionales de ese occidente al que ustedes pintan únicamente como víctima? ¿Pero se creen que somos imbéciles? ¿Cuánta gente ha muerto en oriente medio a manos de occidente? ¿De verdad quieren hacernos creer que eso no tiene nada que ver con lo que está ocurriendo desde el 2001? Quizás no estaría mal que también nos preguntásemos por qué Charlie Hebdo publica caricaturas de Mahoma con una bomba por turbante. ¿No ha ocurrido nada para que publiquen esas caricaturas en particular? Ahora resulta que a estos señores se les metió entre ceja y ceja el turbante del profeta como se les podría haber metido la pepitilla de la diosa Kali ¿Cuántas caricaturas de Buddha con un extintor metido en el ano han sacado? ¿Y cuántas de Mahoma? ¿A qué obedece la constante mofa a los intocables iconos del Islam? Parece que eso no importa, ¡nos han tocado la libertad de expresión! ¡Putos radicales! ¡Oi, oi, oi!

Uy lo que he dicho. Ya me he retratado para que los Le Penes (me encanta el plural de su apellido) y Aguirres de turno me acusen de absolver moralmente un acto terrorista. Pues no, ni yo ni los que piensan como yo lo absolvemos; nos repugna, igual que nos repugna lo que ocurrió en Madrid. Y no excusamos lo que ha pasado en París, igual que no excusamos el 11M al decir que fue en parte una consecuencia de las políticas que el gobierno español llevó en Irak; porque así fue, señora Condesa consorte, por mucho que usted niegue la mayor. Intentar entender la naturaleza de un problema siendo crítico con el comportamiento del estado al que uno pertenece no es excusar, hay un buen trecho entre las dos cosas; estamos hasta las gónadas del "conmigo o contra mí".

Estoy seguro de que la solución al problema del terrorismo yihadista tiene que ser complicadísima, y ojalá alguien la encuentre, yo la desconozco. Pero lo que sí que me atrevo a afirmar, es que obviar gran parte de las razones que han creado el caldo de cultivo que ha propiciado que ocurran los atentados que en nombre de un dios han azotado a Estados Unidos y Europa desde el 2001, es cuanto menos tendencioso y deplorable; porque instrumentaliza la desgracia con el objetivo de polarizar a la sociedad para sacar un beneficio en las urnas. 

Qué chunga es usted señora Aguirre, al final desatará la ira de dios.


Besos ninjas, muy negros, de luto

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